Christina Harslem. Foto: Jörg, @blende85m

Llegué a Christina Harslem por casualidad. Hace unos días vi en una cuenta de Instagram de una tienda de ropa, un vídeo de esta joven alemana cantando ópera en plena calle, junto a dicho establecimiento, en el centro de Gandia, la ciudad en la que vivo. Pinché aquel vídeo por curiosidad y allí estaba ella, sonriente, vestida con unos shorts y una camiseta de tirante, con su melena rubia atada a una coleta, cantando como una auténtica diva mientras se llevaba la mano al corazón para agradecer el donativo que le hizo un viandante. Aquella mezcla de sencillez en las formas y grandiosidad en su voz me conmovió. Aquella joven soprano era puro talento. Entré en su cuenta de Instagram y le envié un mensaje: “He visto que estás en mi ciudad. Me gustaría entrevistarte”. Un día después, nos conocíamos a través de Skype, porque Christina ya estaba a punto de coger un tren en dirección a Barcelona.

Pregunta: Christina, ¡qué voz tan bonita tienes! Has sido una auténtica serendipia, un hallazgo inesperado y muy bonito.

Respuesta: ¡Muchas gracias! (ríe)

P: ¿Cuándo empezaste a cantar?

R: Entré a formar parte del coro de mi pueblo, Breitenberg (Alemania), cuando tenía 14 años. Siempre me había gustado cantar y allí aprendí mucho acerca del canto porque ensayábamos muy a menudo. Cantábamos a cuatro voces. Ese fue mi primer contacto oficial con el canto.

P: ¿Seguiste formándote en ese ámbito?

R: No lo hice. Estudié Educación Artística. Después de licenciarme entré a trabajar como profesora de Arte en una escuela pero en 2015, al cumplir los 30 años, dejé aquel trabajo. Hacía tres años y medio que me dedicaba a esa profesión y sentí que no podía más con aquella rutina de tener que hacer siempre lo mismo. Además, en Alemania, cuando eres profesor, normalmente estás en la misma escuela siempre, no puedes cambiar de destino, y a mí aquello no me gustaba. Así que decidí dejar el trabajo durante unos años y dedicar tiempo para mí y para lo que más me gusta.

P: Que debe ser cantar…

R: ¡Sí! Un año antes de dejar de mi trabajo en la escuela empecé a recibir mis primeras clases de canto. Tras escuchar y evaluar mi voz, mi profesora me dijo que era soprano, que tenía dotes para interpretar música clásica y además podía cantar todavía más agudo de lo que lo hacía. Yo no lo sabía hasta que aquella profesora me lo dijo. Tras asistir a unas cuantas lecciones, me di cuenta de que podía mejorar muy muy rápido, de que podía cantar más alto y con más potencia, y eso me motivó mucho a continuar. Un año después, busqué otro profesor de canto, muy profesional, esta vez en la ciudad de Munich. Le pedí opinión sobre mi voz y me aseguró que era muy muy bonita y, tal como me indicó mi primera profesora, insistió en que estaba capacitada para alcanzar tonos todavía más agudos. Para ello, debía cantar una o dos horas diarias. Y lo hice. Durante medio año asistí a sus clases dos veces al mes. No podía permitirme pagar más clases, porque resultaba muy caro, pero me gustó mucho todo lo que aprendí. Y a partir de entonces busqué únicamente profesores profesionales, porque comprobé que aprendía mucho en poco tiempo.

P: Yo te he conocido cantando en la calle, intuyo que como mucha otra gente. ¿Por qué decidiste dar a conocer tu talento en la calle?

R: He intentado vivir del arte de cantar pero debido a mi falta de experiencia, es difícil. No me conocen, no me escuchan y verme  actuar a través de un vídeo no es lo mismo que verme en directo. En muchas ocasiones he enviado correos para darme a conocer y no me han respondido. En la calle es más fácil, la gente me escucha, puede decidir si le gusta o no y yo tengo más opciones de mostrar lo que sé hacer con mi voz.

P: ¿Y puedes sobrevivir con las actuaciones a pie de calle?

R: En realidad he trabajado en muchas cosas (ríe). He realizado trabajos de fotografía, he cuidado de personas mayores, he llevado comida a domicilio con mi bicicleta…Además, contaba con ahorros de mi etapa como profesora y eso me ha dado seguridad en periodos en los que no he encontrado trabajo. Y el hecho de darme a conocer en muchas ciudades cantando en sus calles, aunque me obliga a vivir de forma austera y a no gastar más de lo necesario, me ha abierto las puertas a algunos trabajos vinculados al canto. Han sido encargos espontáneos de gente que me ha escuchado cantar ópera, le ha gustado como sonaba y me ha contratado para cantar en un cumpleaños, en una fiesta particular o para hacer un regalo. Ahora he conseguido cerrar varias actuaciones para septiembre y octubre en varios escenarios de diferentes ciudades de la zona de Baviera, también cerca de Berlín y en Austria.

P: ¿Por cuántos países has viajado para cantar?

R: Lo he hecho sobre todo en los países del sur de Europa porque necesito que haga buen tiempo. He cantado en muchas ciudades de España, Italia, Grecia, Croacia, Austria, Alemania, Francia y Suiza.

P: ¿Por qué decidiste visitar Gandia?

R: Tengo un pase Interrail que me permite moverme en tren por toda Europa. Me gusta mucho descubrir nuevos sitios, y al estar estos días hospedada en València, decidí buscar por Internet algunas de las ciudades cercanas más destacadas. Encontré Gandia y me acordé de que conocí a alguien de allí en Berlín que me recomendó visitar la ciudad, así que fui a la Estación del Norte de València, vi que salía un tren con destino a Gandia y lo cogí (sonríe).

P: Cuándo decides ir a una ciudad nueva y cantar en una de sus calles, ¿cómo es la puesta en escena, qué sientes?

R: La verdad es que estoy siempre un poquito nerviosa. Lo he hecho muchas veces pero siempre tengo un punto de nerviosismo por si puedo molestar a alguien. Analizo mucho dónde situarme y también evito en lo posible el viento, porque es perjudicial para mi voz, pero sigo mi intuición y no me suelo equivocar. Si la gente no me escucha, no me molesta. Sé que hay muchas personas que aprecian mi música y también soy consciente de que no puedo gustar a todo el mundo y es normal. Si le gusto a alguien, ya estoy feliz.

P: ¿Qué te suele decir el público que se detiene a escucharte cantar?

R: La gente me ha dicho muchas veces que debo seguir cantando, que les gusta mucho mi voz. Eso me ha llevado a pensar en muchas ocasiones que si tengo este talento, tengo que aprovecharlo ahora. Quizá cuando tenga 50 años o más, mi voz ya no tenga la misma potencia y las mismas aptitudes, por lo que he decidido que si ahora puedo ofrecer algo de mi talento a la gente, y además disfrutarlo yo también, es momento de hacerlo.

 

Christina Harslem durante una de sus actuaciones a pie de calle en Bolonia (Italia)

P: ¿Te acompaña alguien cuando viajas o habitualmente lo haces sola?

R: Normalmente viajo sola. Mi pareja vive en Barcelona pero sólo puede acompañarme los fines de semana o cuando tiene vacaciones. La gente no dispone en general de tiempo libre para viajar.

P: ¿No te da miedo viajar y permanecer sola en una ciudad, cantar sola en la calle?

R: La verdad es que no. Europa es bastante segura y siempre hay mucha gente en la calle, y ello hace que no me sienta insegura. Nadie se ha comportado de forma incorrecta ni me ha puesto en peligro hasta ahora.

P: ¿Qué pensó tu familia cuando les dijiste que querías viajar por Europa y cantar por las calles de las ciudades que ibas visitando?

R: Al principio tenían miedo de que pudiera resultar peligroso pero han visto que sé cuidarme y que me gusta mucho viajar. También ha influido en ellos la opinión de mis sucesivos profesores, quienes han coincidido en decir que tengo muchas cualidades y opciones para cantar, así como la buena respuesta del público en la calle. Mucha gente les ha dicho que es impresionante lo que hago, y por eso me han apoyado para seguir adelante con mi propósito.

P:¿En quién te inspiras para cantar? ¿A qué soprano te gustaría parecerte?

R: Mis gustos musicales han ido evolucionando con el tiempo. Empecé admirando a la soprano Anna Netrebko porque gracias a ella descubrí la ópera. La vi por primera vez en televisión en casa de mis padres, cantando La Traviata y fue una inspiración, pero en aquel momento no imaginaba ni por asomo que yo acabaría cantando ópera. Ahora escucho mucho, por ejemplo, a Regula Mühlemann, porque busco cantantes de ópera de mi edad, que son también sopranos pero quizá no tan conocidas como Anna Netrebko.

P:¿Cuál sería tu sueño en el ámbito del canto?

R: Me encantaría actuar en un teatro de ópera. Soy consciente de que es muy difícil porque hay muchas muchas cantantes y la competencia es altísima, aunque yo voy a hacer todo lo posible. Sin embargo, también me gusta mucho cantar enfrente de la pequeña tienda de Gandia o en un rincón de cualquier otra ciudad que me acoja, porque encuentro siempre mucha gente amable y tengo la oportunidad de conocer nuevos lugares. En realidad siento que ya conozco a muchas personas en buena parte de Europa, ellas me conocen y valoran mi trabajo y eso ya es para mí una enorme satisfacción, me encanta.

 

Si queréis escuchar a Christina Harslem, podéis hacerlo a través de estos canales:

Web: https://christinaharslem.wordpress.com/

Canal de Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCkc2aCtLYSM53qqnMgCEvGA

Share:


Sobre mí

Marina Vallés Pérez (25/05/1976). Natural de Teulada (Alicante). Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona. Actualmente soy periodista autónoma.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Premium WordPress Themes